lunes, 22 de febrero de 2010

Dietas milagrosas

Todos los días, se inventan nuevas dietas, que ofrecen bajar varios kilitos en poco tiempo y mantener una figura esbelta bajo un principio fundamental; ser hipocalóricas, es decir tienden a reducir el consumo de calorías (energía) suministradas por los alimentos. Donde el cuerpo al no disponer de la suficiente energía utilizará las reservas de grasa y proteínas musculares, por lo que efectivamente harán que se pierda masa muscular y con ello peso y talla.

En la mayoría de estas “dietas milagrosas” se favorece el consumo de un tipo de alimentos y se reduce el consumo de otros, que son igual de importantes para el organismo. Por ejemplo, las dietas hiperproteicas, reducen el consumo de carnes, las cetogénicas, reducen las grasas y las vegetarianas reducen los almidones, los vegetales y las frutas. Estas dietas en su mayoría son promovidas por revistas, reportajes, chismes o charlatanes, que obviamente no toman en cuenta las características, antecedentes y condiciones de salud de cada persona. Ya que una dieta igual que un medicamento debe ser prescrita de forma individual para prevenir y evitar efectos secundarios que pueden llegar a ser muy graves.

Los nutrimentos y las proteínas, sirven para crecer y producir células para reponer tejidos dañados o desgastados, los carbohidratos y grasas, sirven para tener energía y permitir que cada órgano trabaje adecuadamente, las vitaminas, nos ayudan a prevenir enfermedades y conservar la salud y los minerales forman parte de los diferentes tejidos del cuerpo y ayudan a que se realicen un sin fin de actividades metabólicas. Además es importante saber que cada grupo de edad tiene sus requerimientos fundamentales por ejemplo en la infancia y adolescencia se está en pleno crecimiento y desarrollo físico y mental por lo que se deben consumir de todo tipo de alimentos, en cantidad y calidad suficiente para evitar diabetes juvenil u obesidad infantil.

Es por ello que para poder orientar mejor a las personas sobre el consumo de alimentos, se dividieron en tres grupos:

Energía: Integrado por cereales, tubérculos, azúcares y grasas.

Proteínas: Leguminosas y alimentos de origen animal.

Vitaminas y minerales: Frutas y verduras.

El problema de la mala alimentación, ya sea por deficiencia o por exceso radica, en la inadecuada combinación que se hace de los alimentos, en la cantidad que se consume de cada uno, en el número de veces que se consumen durante el día y en la omisión de alimentos tan importantes como los que contienen fibra.

Las dietas ricas en grasas y carbohidratos son las que principalmente ocasionan sobre peso, la carne roja, las pastas, panes y pasteles, los dulces y chocolates (además pueden generar diabetes), los refrescos de cola o la cerveza y si además no hacemos ejercicio, seguro serán factores que ayudarán a aumentar de peso.

Las dietas, que solamente incorporan uno o pocos alimentos, como aquellas de solo consumo de agua, de la luna, alcachofa, el helado o la sopa de cebolla, bajan de peso momentáneamente pero no queman grasa. Las personas que las utilizan pueden terminar en desnutrición y algunas hasta con osteoporosis o envejecimiento prematuro.


Las dietas disociadas que evitan el consumo de carbohidratos y proteínas no tienen ningún argumento científico, las que ofrecen estudiar la sensibilidad hacia los alimentos son mentira.

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